Lo que de ninguna manera puede suceder, es que un cliente acuda a un local interesado por un producto y que en el momento de concretar la compra, encuentre que la entrega es diferida a una semana, quince días o más.
Como consecuencia de estas situaciones puede suceder que el cliente realice la compra pero no regrese, o que directamente no la realice y opte por otra empresa que le garantice la entrega inmediata. Obviamente, ninguna de las dos alternativas es deseable para el negocio.
Tampoco se deben subestimar sucursales de acuerdo con el lugar donde estén instaladas, porque si la empresa tomó la decisión de abrirlas es porque consideró que esa plaza era importante. Por lo tanto, el criterio de distribución deber ser el mismo tanto para la primera como para la última filial.
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